jueves, 27 de noviembre de 2008

Más tieso que gato de porcelana

Llegó Diciembre con su alegría, y seguramente, para mí, llegó de nuevo con encogimiento, desasosiego y ahogo.

Después de llevar todo el año intentando disipar mi falta de ritmo con pequeñas excusas (las cuales me he llegado a creer). A veces involucro el típico argumento machista, ese que dice “hombre que disfruta bailar es gay”, y hasta he revelado teóricamente una muestra de los cambios de las relaciones del pueblo antiguo con su conocimiento del mundo, por esta razón, se supone que las primeras danzas tuvieron un carácter religioso y sexual.
(Pa` resumir, los cavernícolas bailaban para follar o para agradecer al sol por quitarles el frío).

Diciembre me retrocede, me aniquila, juega con mi mente, me vuelve frágil y propenso a la crítica burlesca de mi familia; además, acaba con toda base teórica, humildemente trabajada en los últimos 11 meses.

Mi historia se parece mucho a la historia de Solano Patiño – un seudónimo de Andrecito Caicedo que protagonizaba aventuras caníbalescas y divertidas - el susodicho no sabía bailar, y por más que la mamá se desgastara enseñándole, menos aprendía – de ahí refuto a Darwin – ¿cómo un pelao con sangre valluna, de tez canela, con cutis moreno, labio de cimarrón y nalga de albino, no sabe bailar?

Mi madre malgastó buena parte de su vida intentando educarme en el baile. A la espera de resultados fallidos, migrañas múltiples y divisar un horizonte perdido, se vio obligada a revelarme el secreto mejor guardado de la danza, el milenario y sagrado “cuadro”. Y es que, finalmente fue ese secreto el que me enseñó a disminuir mis escarmientos juveniles.

La clave del “cuadro” está en visualizar un romboide imaginario, dividido en cuatro baldosas (preferiblemente de las que son amarillas-rojas-amarrillas- rojas), ya con la humanidad ubicada en un plano de 0º, mirando al frente (si es posible a los ojos de la pareja para generar seguridad) se empieza con movimientos mecánicos en dirección – pie derecho adelante, pie izquierdo zapatea sutilmente al derecho e inmediatamente se dirige hacía la izquierda, se repite el mismo movimiento al contrario y para atrás. (Suena difícil, pero en la práctica no lo es). Hasta yo lo aprendí.

El embrollo del paso está en complementar los movimientos con gracia y tono (ese que no tengo y no voy a tener). La formula para mi madre está en “mover los hombros”, “mover las rodillas”, “ponerle color al baile” y “dejarse llevar” ¡Eh ahí el dilema! Soy un feliz siniestro amotriz y no puedo hacer más de dos movimientos al mismo tiempo. En lo que llevo de vida, no he tenido muchos problemas al ser zurdo, menos en algunas ocasiones, como cuando llega diciembre y en mi casa bailotean ferozmente al ritmo de “Mar de emociones” esa que dice:

"Habla despacito bambole bambo bambole
metete a mi ritmo
bambole bambo bambole"

O cuando mis amadas tías entran en estado de embriaguez, ahí no puede faltar una tonadilla del gran maestro de la música techno de los años 70`s, Georgie Dann, con temas como “Moscú” y “el jardín de Alá” (canciones de las que quiero desvariar en un futuro)

Es así como este glorioso mes de fiesta y regocijo, se convierte en un referente importante para empezar una historia clínica con mi psicoanalista. Como dice Pablo Neruda y modificado a mí congoja:

Por eso Diciembre arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla con risas como marranada bailable

martes, 18 de noviembre de 2008

Embrollo piramidal

Ante la persistente y constante influencia que tienen los medios de comunicación Colombianos, el bombardeo del tema de las benditas pirámides ya me tiene tenso, cabizbajo, despescuesnarizorejado y hasta con gastritis.

Que las pirámides son un robo
Que los bancos son mejores
Que D.R.F.E
Tumbaos por pastusos
DMG rules
Exigimos nos la devuelvan
Plum explotó la guerra
Vender obleas si da etc.

Me motivé a modificar una de las imágenes más representativas de nuestra cultura popular; nótese que ando medio desocupado; es más creo que el poder de la agenda setting me hizo desvariar; erijo que lo quieren los medios en este país se resume en la siguiente imagen.

Para calcular el área de una pirámide sumamos el área lateral y el área de la base. El volumen es un tercio del volumen de un prisma de la misma altura.
A un banco solo se le calculan los intereses
Es que la economía es muy complicada no joda

lunes, 17 de noviembre de 2008

La decepcionante primera vez


¡Enhorabuena! con 24 años de edad ya era hora de que me saquearan, el pasado viernes tuve mi primera experiencia con la sustracción de mis bienes materiales, aunque como lo dije con anterioridad ya tocaba que me hurtaran, me siento más defraudado que la Cándida Eréndira, pobre niña guardó su don más preciado para terminar decepcionada y hasta terminó siendo mujer de vida alegre.

Me encontraba caminando a altas horas de la noche, por el mismo lugar que lo hago hace 6 años; aparece de la nada una silueta de un tipo rebosante de ganas de chuzarme y ante mi incredulidad y relajo lo miré a los ojos con gracia, él manilargo logró mantener la punta del acero en mi mondongo, con brillantes y originales frases como “el celular o la vida” o “no te hagas reventar esas tripas”, lo único que logró fue hacerme reír y responderle “espere yo termino de hablar y le doy el celular” sólo conseguí enfurecerlo más y allanar mucho más la lata oxidada en mi cuerpo.
Al final le entregué el celular y le dije que se tranquilizara, a la mala actuación de esa noche me siguieron una sarta de decepcionantes interrogantes; ¿hubiera querido que me robaran con más estilo? lastima esta vez no se pudo, será pa`la próxima, sin embargo, en la situación el cleptómano enmendó en parte su error amagando que se iba corriendo detrás de mi haciendo puñaladas al aire, a lo que huí del lugar un poco asustado, pero de poco sirvió, pues el mal despojo de mi humilde celular de 90.000$ no me preocupó de a mucho.

lo único que espero es que el siguiente hurto sea algo para la posteridad y no pase de ser un simple hecho del que no tengo mucho que contar.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Música y fútbol; fútbol y música


¿Qué más, si no felicidad, emoción desenfrenada y una gloriosa comunión panteísta con el Universo se pueden sentir al asistir a un concierto de rock realizado en un estadio de fútbol?

Creo que la piedra angular del patrimonio inmaterial de los jóvenes colombianos son el fútbol y la música, el tema podría dar para llenar páginas enteras con reseñas y testimonios, se le podría dedicar un capítulo a anécdotas como la de aquella vez que vino Metallica a Colombia y no realizaron el concierto en el Nemesio Camacho El Campín, porque un empleado de oficios varios confundió a Kirk Hammett con Leonel Álvarez.

Recuerdo que de pequeño anhelaba ser futbolista, aunque nunca me destaqué por mis habilidades deportivas, soñaba con marcar goles de tijereta como los hacía el glorioso Ferney “la bala” Upegui, hacer gambetas de ensueño y después de marcar el gol exponer un mensaje de amor para mi madre.

En sólo 90 minutos, conseguía plata, la gente me amaría y mi mamá estaría orgullosa; con las ilusiones y las ganas puestas, durante mi infancia alterné como lateral derecho (con posibilidades de ser volante creativo) en un equipo llamado “estrellas del congolo”, nunca ganamos un sólo partido, y fue en aquel club donde se fueron diluyendo de a poco las aspiraciones de ser un crack amado con estatua propia como el pibe Valderrama.

Después de unos años de insistirle al juego me voy dando cuenta que no sirvo para el gambeteo, y es así como en mi pubertad el sueño cambió de rumbo, ya quería ser un rockstar, ¡vida gloriosa ellos ganan más plata y se esfuerzan menos!, fue así como renuncié al deporte argumentando que si era músico no me iba a asfixiar y ganaría más dinero tocando un instrumento que corriendo detrás de un balón.

Igual no aprendí ni lo uno ni lo otro

En Colombia ya es fácil asistir a un concierto, pero ojalá en un futuro no muy lejano, se realicen en un estadio y no en una plaza de toros… el sentimiento no es el mismo y desde mis argumentos que se esgrimen a favor del antitaurismo, elevo mi voz para que los que no pudimos cumplir nuestros sueños al menos nos dejen disfrutar de magna comunión psicodélica – Fútbol y Música

Muchachón bostachón

Después de muchos devaneos frustrados parece que por fin encontré el sentido de mi existencia; ya me harté de estar complicándome la vida pensando en teorías, paraboloides hiperbólicos y en variado tema de interés “cultural”.

Eso descubrí el día de ayer mientras me afeitaba y siempre ajeno al discurrir de otros temas cotidianos, me preguntaba, ¿me luce el bigote?, y es que hablar del bozo no es nada fácil, quizás porque ando resignado casi perturbado por tamaña responsabilidad que las hormonas ponen sobre mis hombros.

Alguna vez sentí desfallecer, no quería continuar rasurándome y traté por todos los medios conocidos detener el prolongado y rápido crecimiento del mostacho, me asesoré con yerbateros, vendedores de pócimas y chamanes de dudosa procedencia, pero los resultados fueron desastrosos, sufrí reacciones alérgicas, nauseas e intensos dolores de cabeza por el pesado olor de la penca de sábila mezclado con la uña de gato.

Tras sobreponerme de una serie de lesiones faciales y asimilar mi relativo fracaso, mi vello entró en una etapa de estancamiento. No fue hasta ese momento, que descubrí un maravilloso texto llamado “El Bigote” escrito en 1883 por Guy de Maupassant, en el texto una dama de la nobleza, hace toda una apología del bigote, explicando las ventajas de este cúmulo de pelos sobre el labio. Es así como le encuentro significado a las pequeñas contrariedades de mi existencia y pienso que tal vez, en un futuro no muy lejano, luzca un hermoso y orgulloso bigote, porque como dice Guy de Maupassant “En serio, un hombre sin bigote deja de ser un hombre”